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23 octubre 2022

Infradetección de TEA en mujeres

El trastorno del espectro autista (TEA) es una alteración del neurodesarrollo que afecta el desarrollo sociocomunicativo, intereses y patrón restringido y estereotipado respecto a los intereses y la conducta. Los estudios epidemiológicos indican que afecta 3 veces más a los hombres y los estudios clínicos indican un predominio mucho mayor a favor de los varones respecto a las pruebas para detectar la enfermedad. Por ello, existe una infradetección del TEA con un diagnóstico tardío o equivocado con mayor frecuencia en el género femenino.

El TEA se hace evidente en los primeros años de vida, pero puede pasar desapercibido hasta que se observa la demanda de una necesidad autónoma. En la infancia, más de la mitad de los casos aparecen asociados a otras alteraciones como hiperactividad, inatención e impulsividad, afectaciones en el desarrollo del lenguaje o discapacidad intelectual. En la edad adolescente y adulta, el TEA puede manifestarse junto a trastornos emocionales, incremento de ideación, conductas suicidas y problemas de salud mental, trastornos alimenticios, síntomas psicóticos, disforia de género y alteraciones conductuales, entre otros. 

Factores relacionados con la infradetección del TEA en el género femenino:

  1. Diferencias en la presentación clínica: El TEA en niñas, a diferencia de los niños, se manifiesta con mayor motivación y deseo social, mejores habilidades sociales o coordinación entre el lenguaje verbal y no verbal, entre otros.
  2. Diferencias en las expectativas sociales y culturales relacionadas con el género: Frecuentemente, las niñas emplean juegos y situaciones verbales para interaccionar con los demás, y los niños interaccionan frecuentemente con juegos físicos. Por ello, las dificultades psicomotrices de los niños con TEA manifiestan más claramente los síntomas, reconociéndose rápidamente. Las niñas con TEA son interpretadas como tímidas, pero presentan déficits en sus habilidades sociales y comunicativas, que con el paso del tiempo se van haciendo más evidentes.
  3. Diferencias en la comprensión social relacionadas con el género: Las mujeres, a diferencia de los hombres con TEA, tienen más preservada la memoria autobiográfica, empatía y teoría de la mente; y esto se puede ver reflejado en la infradetección del trastorno.
  4. Diferencias en la comorbilidad del autismo relacionada con el género: La hiperactividad, las alteraciones de conducta y dificultades en el lenguaje expresivo se asocian al TEA en niños. Las niñas, por el contrario, presentan alteraciones emocionales y trastornos alimenticios y esto hace que se suele confundir el TEA con trastornos de salud mental, como un TOC o un trastorno alimenticio. 
  5. Camuflaje y disimulo de síntomas del TEA: Las mujeres, más frecuentemente, suprimen o intentan controlar los síntomas del TEA mediante técnicas de imitación y de acomodación verbal, debido a la necesidad de cumplir un patrón social, llegando a relacionarse con problemas de salud mental. 
  6. Los instrumentos para el diagnóstico del TEA son menos fiables en mujeres: Instrumentos como el ADOS-2 y el ADI-R, que se utilizan en la evaluación diagnóstica del TEA, tienen una menor sensibilidad en niñas y mujeres. Durante la aplicación del ADOS, las mujeres consiguen camuflar la manifestación conductual y los signos visibles del TEA, siendo menos evidentes durante los 45-60 minutos que dura la evaluación. El ADI-R evalúa los síntomas de TEA a lo largo de la vida facilitados por los padres o cuidadores, y esto hace que los familiares tengan más complicado detectar los signos de TEA en las mujeres.

Mejoras para reducir la infradetección en el género femenino:

Destaca la necesidad de mejora en los patrones de detección, evaluación, diagnóstico e intervención del autismo en el género femenino de todas las edades. Para ello es esencial una formación más adecuada a los profesionales en contacto con niñas (ámbito pediátrico o educativo) sobre la manifestación de los signos relacionados con el TEA en edad precoz, y una mejor comprensión de la presencia de este trastorno en niñas o mujeres por padres, profesores, parejas o familiares, reduciendo la estigmatización del autismo en el género femenino.

El reconocimiento del camuflaje y la supresión de los síntomas de autismo, siendo necesaria la evaluación durante varias sesiones; así como la mejor formación de los profesionales de la salud mental en el reconocimiento de TEA en las mujeres adultas. Y, finalmente, el desarrollo de instrumentos de evaluación diagnóstica adaptados a la población autista con mejores habilidades cognitivas y verbales, como se da en las mujeres.


Fuentes:
        1. http://www.medicinabuenosaires.com/PMID/35171806.pdf


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